Cuál es el mejor tipo de sal para tu salud
No todas las sales son iguales, y en España cada vez más personas buscan alternativas «más naturales» como la sal rosa del Himalaya o la sal marina sin refinar. Pero ¿realmente son más saludables que la sal común de mesa?
Lo primero que hay que entender es que la sal de mesa que se encuentra en supermercados está refinada y, en muchos casos, enriquecida con yodo, un mineral fundamental para prevenir problemas como el bocio y ciertos trastornos tiroideos. Esta sal suele ser la opción más recomendada en contextos de salud pública, especialmente en países como España donde el déficit de yodo sigue siendo un riesgo potencial.
La sal rosa del Himalaya se ha vuelto popular por su aspecto y su marketing que resalta su origen natural y contenido mineral. Sin embargo, los estudios muestran que sus cantidades extra de hierro, calcio o magnesio son tan pequeñas que no generan beneficios reales en la dieta diaria. Además, no contiene yodo añadido.
Por otro lado, la sal marina puede sonar más saludable, pero si no está yodada, presenta el mismo problema: puede contribuir a carencias nutricionales si no se compensa con otros alimentos ricos en yodo. La clave está en entender que lo “natural” no siempre es sinónimo de “mejor para la salud”.
En cuanto al corazón, lo importante no es el tipo de sal, sino la cantidad. La Organización Mundial de la Salud recomienda no superar los 5 gramos al día. Un exceso en su consumo, venga de donde venga, puede elevar la presión arterial y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
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