Niño comiendo frente al televisor con alimentos poco saludables
En muchos hogares de España, comer con la tele encendida se ha vuelto parte de la rutina familiar. Pero lo que parece un momento de descanso o distracción puede estar influyendo negativamente en la salud nutricional de los más pequeños. Un reciente estudio realizado por la Universidad Internacional de Valencia reveló que casi el 30% de los niños españoles ven televisión durante cada comida del día.
Además, los investigadores identificaron que este comportamiento se asocia con una dieta desequilibrada, especialmente en menores de 10 años. En lugar de disfrutar del momento de la comida como una oportunidad para conectar y educar sobre hábitos saludables, se está perdiendo la atención plena en lo que se come.
El entorno en el que comemos influye tanto como el contenido del plato. Ver televisión mientras se come reduce la percepción de saciedad y limita la conexión con las señales del cuerpo. Esto puede llevar a comer de más, a escoger opciones poco saludables y a establecer una relación mecánica con la comida.
Por otro lado, cuando los niños comen en familia y sin pantallas, se favorece el aprendizaje de mejores decisiones alimentarias y se fortalece el vínculo emocional en torno a la comida. Este simple cambio de hábito puede tener efectos positivos duraderos.
Estudios recientes refuerzan la importancia del entorno familiar en la alimentación infantil. Las comidas compartidas sin dispositivos fomentan la conversación, el reconocimiento del hambre real y el disfrute de alimentos naturales. Así se construyen hábitos sanos desde edades tempranas.
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