Mujer en menopausia comiendo frutas frescas en una cocina iluminada
Los cambios hormonales en la menopausia pueden alterar el estado de ánimo, el sueño y el apetito, despertando una necesidad constante de azúcar que no siempre tiene que ver con hambre real. En países como México, donde el consumo de azúcar es alto y el acceso a alimentos procesados es amplio, este antojo puede agravarse si no se identifican sus causas desde una perspectiva integral.
Durante esta etapa, el descenso de estrógenos y progesterona puede afectar la producción de serotonina y dopamina, neurotransmisores que regulan el placer y la calma. Por eso es común buscar en el azúcar una vía rápida para sentirse bien. Sin embargo, ese alivio es momentáneo y suele venir acompañado de subidas y bajadas bruscas de energía.
Para estabilizar estos picos, se recomienda incluir alimentos ricos en triptófano como nueces, plátano o huevos, así como fuentes de carbohidratos complejos (avena, legumbres, camote). Estos no solo sacian el apetito, también ayudan a generar una sensación de bienestar más duradera.
Además, mantener una rutina de ejercicio ligero y priorizar el descanso nocturno ayuda a reducir el estrés, otro gran impulsor del deseo por lo dulce. Hacer pausas activas, practicar respiración consciente o simplemente caminar 15 minutos al día puede marcar una gran diferencia.
¿Interesado en el tema? Mira también: Tomar zumo de naranja a diario se asocia con hábitos saludables
Hay un ingrediente que durante décadas ha estado en el centro del debate sobre la…
En España, cada vez más personas se interesan por comer mejor sin complicarse. Y dentro…
Una investigación científica realizada en Chile acaba de revelar un hallazgo sorprendente que podría cambiar…
La fresa peruana no solo alegra el paladar, también impulsa la economía y puede ser…
El clima comienza a cambiar en México y con él llegan los típicos estornudos, garganta…
Detrás de cada cucharada de chía o puñado de maní que consumimos, hay historias de…