El control de porciones puede mejorar la salud sin pasar hambre
Reducir el tamaño de las porciones no significa quedarse con hambre ni hacer dietas extremas. En países como México, donde la cultura alimentaria valora los platos abundantes, es común perder de vista lo que realmente necesitamos comer. Aprender a reconocer una porción adecuada puede ayudarte a sentirte mejor, tener más energía y cuidar tu salud sin renunciar al placer de comer.
Uno de los mayores mitos es que para bajar de peso hay que comer poco. En realidad, se trata de comer lo justo. Al reducir ligeramente la cantidad de comida en cada plato, se puede lograr un balance calórico que favorezca la pérdida de grasa corporal sin comprometer la nutrición. Por ejemplo, usar platos más pequeños o servir la comida en la cocina en lugar de llevarla a la mesa son estrategias simples y efectivas.
Además, el cuerpo tarda unos 20 minutos en enviar señales de saciedad. Comer despacio y con atención puede evitar el consumo excesivo. También es útil identificar las señales de hambre real frente a las emocionales. Preguntarte si comerías una fruta en lugar de un antojo ultraprocesado puede ser una forma sencilla de distinguir entre ambas.
Por otro lado, evitar distracciones como pantallas durante las comidas ayuda a conectarse con lo que se come. Este tipo de alimentación consciente mejora la digestión y permite reconocer cuándo es suficiente. No se trata de contar calorías obsesivamente, sino de hacer elecciones más conscientes.
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