Una buena alimentación puede hacer toda la diferencia durante el invierno, sobre todo en España, donde los días más fríos y cortos pueden afectar el estado de ánimo, la energía y hasta el sistema inmune. En este contexto, el salmón se ha ganado un lugar protagónico en la mesa: es sabroso, versátil y, lo más importante, increíblemente nutritivo.
Este pescado azul es una fuente natural de vitamina D, fundamental para fortalecer los huesos y apoyar el sistema inmunológico. En invierno, cuando la exposición al sol disminuye, muchas mujeres experimentan una baja de esta vitamina, lo que puede derivar en cansancio, defensas bajas y mayor riesgo de infecciones. Incorporar salmón en las comidas ayuda a compensar esa carencia sin necesidad de suplementos.
Beneficios del salmón para la salud femenina
Además de la vitamina D, el salmón aporta ácidos grasos omega-3, conocidos por sus propiedades antiinflamatorias y por contribuir al equilibrio hormonal. Esto puede ser especialmente útil para mujeres con ciclos irregulares, dolores menstruales intensos o síntomas premenstruales marcados. También mejora la salud cardiovascular, un aspecto clave para el bienestar a largo plazo.
Por otro lado, contiene proteínas de alto valor biológico y minerales como selenio y yodo, que favorecen el metabolismo y la función tiroidea, especialmente importante durante el invierno cuando el cuerpo necesita más energía para mantenerse caliente.
El salmón puede prepararse a la plancha, al horno o en tartar. Se adapta a ensaladas templadas, bowls, tostadas o platos principales. Se recomienda consumirlo entre una y dos veces por semana para obtener sus beneficios sin caer en excesos.
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