Un jugo light, una barra sin azúcar o unas galletas “cero” pueden parecer opciones saludables en el supermercado. En España, este tipo de productos ha ganado popularidad, especialmente entre quienes buscan perder peso o controlar su glucosa. Sin embargo, muchos alimentos etiquetados como “sin azúcar” pueden contener edulcorantes y otros aditivos que, aunque legales y aprobados, conviene conocer antes de convertirlos en parte habitual de la dieta.
En la Unión Europea, un alimento puede decir “sin azúcar” si no contiene más de 0,5 gramos de azúcares por cada 100 gramos o mililitros. Pero esta etiqueta no prohíbe el uso de edulcorantes artificiales o naturales. Ingredientes como el maltitol, la sucralosa o el eritritol se utilizan para mantener el sabor dulce, aunque el impacto que tienen en el cuerpo puede variar. Algunos provocan efectos laxantes en grandes cantidades, y otros pueden alterar la percepción del dulzor a largo plazo.
¿Qué significa realmente “sin azúcar”?
No todos los productos “sin azúcar” son automáticamente saludables. Pueden tener altos niveles de grasas saturadas, sodio o calorías vacías, lo que contradice el objetivo de cuidar la salud. Por eso, es clave revisar la etiqueta nutricional completa y no dejarse guiar solo por el eslogan del empaque.
Los expertos recomiendan optar por alimentos frescos o mínimamente procesados como base de la alimentación diaria. Si se eligen productos sin azúcar, lo ideal es que no sean la norma sino la excepción, y que el resto de la dieta esté equilibrada.
Un estudio publicado en noviembre de 2025 por la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) advierte que algunos consumidores creen erróneamente que “sin azúcar” es igual a “sin calorías”, lo cual puede llevar a consumir porciones más grandes de estos productos.
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