Una cena bien elegida puede marcar la diferencia entre noches de insomnio y un sueño reparador. En México muchas personas luchan por conciliar el sueño, pero con una estrategia nutricional puedes favorecer tus ciclos nocturnos. Conocer cuáles nutrientes actúan como aliados del descanso ayuda a transformar la cena en una etapa activa para dormir mejor.
Cuando la alimentación entra en juego, no solo importa comer poco por la noche, sino elegir alimentos que modulen hormonas como la melatonina y reducir aquellos que interfieren con el sueño. La experta Dra. Sofía Rodríguez Moroder señala que una cena ligera y balanceada puede funcionar como un “reset” biológico para preparar el cuerpo hacia el descanso. En este contexto, varios componentes nutricionales resultan especialmente relevantes.
Nutrientes que favorecen el descanso
El triptófano es uno de esos héroes silenciosos: es el precursor de la serotonina y la melatonina, implicadas en el ciclo del sueño. Fuentes útiles en México son el pavo, el huevo o la leche. Del mismo modo el magnesio relaja músculos y nervios; lo encuentras en espinacas, almendras y semillas de calabaza. Los carbohidratos complejos ayudan a que el triptófano llegue al cerebro, por eso elegir una cena con cereales integrales o vegetales con almidón natural puede acortar el tiempo para dormir. También se recomienda incorporar cerezas o plátanos: la cereza aporta melatonina natural, el plátano minerales relajantes como potasio y magnesio.
Hábitos y elecciones que conviene evitar
Hay alimentos que es mejor excluir antes de dormir. Los ultraprocesados sazonados o azucarados alteran el metabolismo y la glucosa, lo que puede fragmentar el sueño. Las comidas muy pesadas, picantes o ricas en grasa obstaculizan la digestión y provocan reflujo. El alcohol induce somnolencia breve, pero interrumpe fases profundas del sueño. No te pierdas: cómo mejorar higiene del sueño con ajustes dietéticos.
Una cena que combine proteína ligera, vegetales y una fuente de carbohidratos de bajo índice glucémico es una opción sensata para favorecer el descanso. En México esto puede traducirse en platillos como tortilla de maíz con verduras y pechuga magra, una sopa ligera con legumbres pequeñas o un vaso de leche con almendras y fruta suave. Asimismo, mantener horarios constantes de cena y dormir se complementa con la nutrición para optimizar el sueño.
Un dato revelador: se estima que hasta el 30 % de la población mundial sufre síntomas de insomnio, lo que subraya la importancia de explorar herramientas naturales como la dieta para mejorar la calidad del sueño.
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