Mantener los huesos fuertes es clave para disfrutar de una vida activa y libre de dolor. En México, expertos en nutrición destacan que después de los 30 años, la densidad ósea alcanza su máximo, y a partir de ese momento comienza un desgaste natural. Este proceso puede derivar en debilidad muscular, fatiga y mayor riesgo de fracturas si no se toman medidas preventivas.
Adoptar hábitos saludables marca la diferencia. Una alimentación rica en calcio y vitamina D, acompañada de actividad física regular, ayuda a fortalecer los huesos y mantener la masa muscular. Asimismo, reducir el consumo de alcohol y evitar el tabaco favorece que los huesos conserven su fortaleza y se reduzca el riesgo de osteoporosis.
Nutrición y estilo de vida para huesos fuertes
El cuidado óseo no se limita a los alimentos. Mantener un Índice de Masa Corporal (IMC) adecuado y evitar largos periodos de inmovilización son esenciales para conservar la vitalidad de los huesos. Del mismo modo, la exposición moderada al sol permite sintetizar vitamina D, imprescindible para la absorción de calcio. Por otro lado, actividades como caminar, levantar pesos ligeros o practicar yoga contribuyen a la remodelación ósea y fortalecen los músculos de soporte.
Es importante recordar que, aunque la pérdida ósea es un proceso natural, su impacto puede controlarse con hábitos responsables. La combinación de buena nutrición, ejercicio regular y prevención de factores de riesgo asegura que los huesos permanezcan sanos durante más tiempo. Datos recientes indican que las personas que incorporan estas prácticas tienen hasta un 30% menos probabilidades de sufrir fracturas en edad adulta.
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