Celebrar con comida deliciosa es parte esencial de las fiestas en México, pero muchas veces los platillos terminan en la basura. Un error común es cocinar como si se esperaran veinte personas más. Esto no solo afecta el bolsillo, también tiene un impacto ambiental. Tan solo en diciembre, los hogares mexicanos pueden desperdiciar hasta 25% de la comida que compran, según estimaciones de la FAO.
Una lista de compras detallada, basada en el número real de invitados, puede hacer toda la diferencia. También ayuda revisar qué hay en casa antes de salir al supermercado. Optar por recetas prácticas y de porciones controladas reduce el exceso. Por ejemplo, si vas a preparar ensalada de manzana, calcula solo una porción por persona y guarda ingredientes frescos para otra ocasión.
Planear bien es el primer paso para ahorrar
Del mismo modo, aprovechar mejor el refrigerador puede ayudarte a conservar los alimentos por más tiempo. Guardar los guisados en recipientes con tapa, etiquetarlos con la fecha y mantener una buena rotación evitará que terminen en el bote de basura. Además, los restos bien almacenados pueden convertirse en nuevas comidas: la pierna de cerdo del 24 puede ser base para una torta el 25.
Si después de la cena hay sobras en buen estado que no piensas consumir, donarlas es una opción responsable. Varias organizaciones y bancos de alimentos aceptan platillos preparados, siempre que estén frescos y bien conservados. En Ciudad de México y otras regiones del país existen programas activos en temporada decembrina para redistribuir estos alimentos.
En México, más de 23 millones de toneladas de comida se desperdician cada año. Cuidar lo que cocinamos en las fiestas también es una forma de nutrirnos con conciencia y contribuir a un entorno más justo y saludable.
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