Incluir fruta en el desayuno es una costumbre saludable en España, pero pocos saben que, al hacerlo, es fundamental equilibrar el azúcar natural de la fruta con una buena fuente de proteína. Así lo explica la experta en nutrición Ángela Quintas, quien recomienda acompañar este hábito con un ingrediente clave: el jamón.
El motivo es simple pero poderoso. La fruta, aunque rica en fibra, agua y vitaminas, también aporta fructosa, un tipo de azúcar que, si se consume sola, puede provocar picos de glucosa. Para contrarrestarlo, la nutricionista sugiere añadir proteínas de calidad como las del jamón cocido, jamón serrano o pavo. Este sencillo cambio ayuda a estabilizar el azúcar en sangre, favorece la saciedad y mejora el rendimiento físico y mental durante la mañana.
El poder del desayuno balanceado
Un desayuno que combine frutas con proteínas no solo regula la glucosa, también evita el temido “efecto rebote” que lleva a picar entre horas. De igual manera, permite mantener un buen estado de ánimo y mayor concentración. Por eso, si acostumbras a tomar pan con mermelada o fruta sola, es momento de ajustar ese plato para empezar bien el día.
La clave está en la variedad. Puedes optar por una rebanada de pan integral con jamón y acompañarla con fruta fresca. O bien, preparar una tostada con aguacate y huevo duro, sumando una pieza de fruta de postre. Lo importante es no dejar a la proteína fuera de la ecuación.
Cuando la fruta se consume sola, especialmente por la mañana, el cuerpo responde con una subida rápida de azúcar que poco después cae, generando fatiga o hambre prematura. Incorporar proteína evita este desajuste.
Un estudio del Instituto de Investigación Sanitaria La Paz (IdiPAZ), publicado en septiembre de 2025, confirma que un desayuno con proteína mejora la respuesta glucémica hasta en un 35%.
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