Muchas personas que quieren perder peso piensan que la clave está en comer lo menos posible. Sin embargo, esta estrategia puede llevar al efecto contrario: acumular más grasa corporal. El doctor Patricio Ochoa, experto en medicina interna, advierte que una restricción calórica muy severa puede activar mecanismos de defensa del cuerpo que dificultan la pérdida de peso y dañan la salud.
Cuando comemos muy poco durante un periodo prolongado, el metabolismo se adapta para ahorrar energía. Es decir, el cuerpo interpreta esa escasez como una señal de alarma, similar a una hambruna, y comienza a almacenar grasa, incluso con cantidades mínimas de comida. Además, se pierde masa muscular, lo que también reduce el gasto energético en reposo.
Nutrición equilibrada para activar el metabolismo
Para mantener un metabolismo activo y promover la quema de grasa, es fundamental llevar una alimentación balanceada. Comer suficiente proteína, incluir grasas saludables y no eliminar los carbohidratos por completo permite que el cuerpo funcione correctamente sin entrar en modo de supervivencia. También es clave evitar largos periodos sin comer, ya que esto puede aumentar los niveles de cortisol, una hormona relacionada con el estrés y el almacenamiento de grasa abdominal.
En lugar de pasar hambre, lo más efectivo es adoptar una alimentación constante, con porciones adecuadas y adaptadas al estilo de vida de cada persona. Según datos del Ministerio de Sanidad, más del 50% de los españoles tiene exceso de peso, y muchas de estas personas han hecho dietas restrictivas que no funcionan a largo plazo.
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