El ponche navideño no solo reconforta el alma en temporada decembrina, también puede ofrecer beneficios reales para tu salud. Esta bebida caliente, que forma parte esencial de las posadas mexicanas, tiene una historia que se remonta al siglo XVI, cuando llegó desde Asia y fue adaptada con ingredientes locales como tejocote, guayaba, caña y jamaica. Además de su sabor hogareño, sus componentes naturales pueden aportar fibra, antioxidantes y vitamina C, siempre que se consuma con moderación.
Una tradición llena de nutrientes naturales
El tejocote, fruta emblemática del ponche, aporta pectina, que favorece la digestión y contribuye al control del colesterol. Las guayabas son una fuente potente de vitamina C, fundamental para el sistema inmunológico, especialmente en invierno. La caña de azúcar, aunque dulce, también contiene minerales como potasio y magnesio.
Por otro lado, el tamarindo y la jamaica brindan compuestos antioxidantes que ayudan a combatir el estrés oxidativo. Incorporar estas frutas cocidas a tu alimentación puede ser un modo delicioso y sencillo de mejorar la ingesta de micronutrientes.
Aunque es tentador endulzarlo con azúcar o piloncillo en grandes cantidades, preparar ponche con menos azúcar o incluso con sustitutos naturales puede marcar una gran diferencia. También se puede aumentar el contenido de fruta o añadir especias como canela y clavo, que tienen propiedades digestivas y antiinflamatorias. Del mismo modo, es preferible evitar las versiones con alcohol si se busca un perfil más saludable.
Aunque es tentador endulzarlo con azúcar o piloncillo en grandes cantidades, preparar ponche con menos azúcar o incluso con sustitutos naturales puede marcar una gran diferencia. También se puede aumentar el contenido de fruta o añadir especias como canela y clavo, que tienen propiedades digestivas y antiinflamatorias.
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