Una pizza saludable no es solo posible, también puede ser fácil, deliciosa y libre de harinas refinadas. En España, donde el consumo de verduras como el calabacín se ha duplicado en los últimos cinco años, cada vez son más las personas que buscan opciones creativas para disfrutar de sus platos favoritos sin descuidar su bienestar. La pizza con base de calabacín es una alternativa realista y sabrosa que aporta fibra, saciedad y versatilidad a cualquier menú.
Este tipo de base se prepara rallando el calabacín, escurriéndolo bien y mezclándolo con huevo y queso rallado. La clave está en eliminar el exceso de agua para lograr una textura firme que soporte los ingredientes que elijas. Una vez horneada, obtienes una base dorada, sabrosa y baja en carbohidratos, perfecta para quienes buscan cuidar su digestión, reducir harinas o simplemente incorporar más vegetales en su día a día.
Beneficios de la pizza con base de calabacín
Esta versión de pizza no solo es ligera, también ayuda a aumentar el consumo diario de fibra. El calabacín es una fuente vegetal que, además de favorecer la salud intestinal, es bajo en calorías y aporta minerales como potasio y magnesio. Combinado con ingredientes frescos como tomate natural, orégano, champiñones o pechuga de pavo, este plato puede formar parte de una cena equilibrada y sin remordimientos.
De igual manera, es una opción útil para personas con intolerancia al gluten o para quienes siguen planes de alimentación bajos en carbohidratos. Además, su preparación es tan sencilla que incluso puede convertirse en una receta divertida para compartir con niños o amigos sin experiencia en cocina.
Preparar esta pizza en casa requiere solo unos pocos pasos y un horno precalentado. No necesitas utensilios especiales ni ingredientes difíciles de conseguir. Con un calabacín grande, un huevo y un puñado de queso tienes la base lista.
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