En España, la cena suele ser la comida más social del día. Pero cuando se trata de elegir entre carne o pescado, ¿cuál es la mejor opción si queremos dormir bien y cuidar la salud? La respuesta no es tan simple como escoger “lo más ligero”, sino comprender cómo ciertos alimentos afectan nuestro descanso y metabolismo nocturno.
El pescado blanco, como la merluza o el lenguado, es bajo en grasa y rico en proteínas de fácil digestión. Además, muchas variedades contienen triptófano, un aminoácido que ayuda a producir melatonina, la hormona del sueño. Por ejemplo, el salmón y la caballa no solo aportan omega-3, sino que contribuyen a una mejor calidad de sueño.
También es relevante el tipo de cocción. Al vapor, a la plancha o al horno, el pescado conserva sus propiedades sin añadir grasas innecesarias. En consecuencia, es una elección ligera, saciante y adecuada para quienes buscan una noche de descanso reparador.
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¿Y la carne? Cuándo sí y cuándo evitarla
La carne roja o muy procesada no es la mejor aliada nocturna. Su contenido en grasas saturadas y su digestión lenta pueden generar malestar y alterar el sueño. Sin embargo, carnes magras como el pavo o el pollo, en cantidades moderadas y bien cocinadas, pueden ser una opción adecuada si el cuerpo necesita más saciedad o si la cena se realiza temprano.
Un informe de la Sociedad Española de Endocrinología, publicado en agosto de 2025, destacó que cenar pescado al menos tres veces por semana se asocia con un 20% menos de trastornos del sueño en adultos mayores.
