Durante las celebraciones decembrinas en México, entre cenas copiosas y antojitos típicos, es fácil que el sistema digestivo se sienta sobrecargado. Una forma sencilla y efectiva de ayudar al intestino a mantenerse en equilibrio es incluir alimentos ricos en fibra en tu día a día. No se trata de hacer dietas estrictas, sino de sumar opciones nutritivas que promuevan una mejor digestión y bienestar general.
La fibra ayuda a que los intestinos se muevan con regularidad, disminuye la inflamación y contribuye a mantener una microbiota saludable. Aunque suele asociarse con comidas poco apetecibles, la realidad es que existen muchas alternativas ricas en fibra que son sabrosas y fáciles de integrar, incluso en menús festivos.
Frutas, cereales y legumbres que nutren desde adentro
Algunos de los alimentos más fáciles de conseguir en esta temporada son también los más efectivos. La manzana, por ejemplo, es rica en pectina, un tipo de fibra soluble que mejora el tránsito intestinal. Las peras y los plátanos, comunes en mercados mexicanos, aportan fibra y además contienen compuestos que alimentan las bacterias buenas del intestino.
Otro grupo esencial son los cereales integrales como la avena o el pan de centeno. Aportan fibra insoluble, ideal para prevenir el estreñimiento. Asimismo, las lentejas y frijoles negros, pilares de la alimentación tradicional mexicana, destacan por su doble aporte de fibra y proteína vegetal.
Además de las frutas y cereales, incluir vegetales como las zanahorias o el brócoli puede marcar una gran diferencia. Son fáciles de preparar y versátiles en platillos calientes o ensaladas. Por otro lado, las semillas de chía y linaza pueden añadirse a bebidas o yogures y aportan fibra soluble con efecto saciante.
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