El pescado seco conserva todo lo bueno del mar en cada bocado y puede convertirse en un aliado poderoso para tu salud. En países africanos como Costa de Marfil, Ghana, Malawi, Tanzania, Nigeria y Uganda se descubrió que este alimento no sólo está presente en muchos hogares, también juega un papel clave para mantener una nutrición adecuada, sobre todo en mujeres y niños.
¿Por qué el pescado seco es un superalimento?
El pescado seco, ya sea secado al sol, ahumado o incluso mezclado en polvo, concentra nutrientes esenciales. Pequeñas porciones aportan una buena cantidad de hierro, zinc, yodo, selenio, calcio y vitaminas B12 y D.
Estas formas de procesarlo lo hacen más estable (se echa a perder menos), más fácil de almacenar y transportar, sin que pierda los nutrientes importantes.
Además, este pescado resulta particularmente valioso para quienes viven en comunidades costeras, zonas rurales o con recursos limitados. Su presencia puede marcar la diferencia en dietas donde faltarían minerales vitales para el crecimiento y para mantener buena salud ósea, defensas fuertes y función cerebral óptima
Cómo aprovechar sus beneficios en tu día a día
Una ventaja enorme del pescado seco es su versatilidad. Cocinarlo, molerlo o incorporarlo en sopas, guisos, caldos y salsas permite integrarlo sin mucho esfuerzo. También puede sustituir al pescado fresco en zonas donde este último escasea. De igual manera, mezclarlo con alimentos para bebés como papillas puede ayudar a prevenir carencias nutricionales.
Por otro lado, su alto contenido de ácidos grasos tipo omega-3 apoya la salud cardiovascular; el hierro y zinc mejoran la energía y ayudan al sistema inmunitario; la vitamina D y el calcio cuidan los huesos.