Preparar un lunch saludable para llevar a clases no tiene que ser complicado, ni costoso. En México, donde el ritmo escolar puede ser agotador, una buena alimentación influye directamente en el rendimiento académico y el estado de ánimo de los niños. Por eso, organizar opciones balanceadas y atractivas para su lunchbox puede hacer una diferencia real en su día.
El lunch ideal debe complementar el desayuno y cubrir al menos el 15% de las necesidades diarias de energía de los niños. ¿Qué significa eso? Un ejemplo fácil: un sándwich de pan integral con huevo duro, jitomate y espinaca, acompañado de una fruta y agua simple. También funcionan los rollitos de tortilla con atún y verduras, o bolitas de arroz con queso bajo en grasa.
Lunchs saludables sin perder el sabor ni el presupuesto
Evita incluir productos ultraprocesados o bebidas azucaradas. Además de afectar la concentración, incrementan el riesgo de obesidad infantil. Las botanas caseras, como chips de manzana horneada o palitos de pepino con limón, pueden ser igual de sabrosas y mucho más saludables.
No se trata de preparar platillos gourmet. Se trata de elegir con intención. Un tupper con pasta integral, verduras cocidas y pollo desmenuzado puede ser una gran opción. También se puede usar yogurt natural con granola baja en azúcar o un mix de nueces, pasitas y semillas (siempre en porciones pequeñas).
Incluir a los niños en la planeación del lunch ayuda a que acepten mejor los alimentos y fomenta hábitos sanos desde pequeños. Recuerda mantener la higiene: usa recipientes limpios, bolsas térmicas y siempre lava frutas y verduras.
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