El guacamole es un clásico en las mesas de México y Estados Unidos, pero ahora una versión más ligera está ganando popularidad en California. La nutricionista Nan Simonsen propone una receta que conserva el sabor auténtico del aguacate, pero reduce su aporte calórico al integrar calabacín como aliado principal. Esta adaptación no solo mantiene la textura cremosa, también añade fibra y agua, logrando un platillo más equilibrado.
Guacamole bajo en grasa sin perder sabor
La idea de reemplazar parte del aguacate con calabacín cocido y triturado sorprende por su simpleza. Al mezclarse con tomate, cebolla, cilantro y jugo de limón, el resultado es un guacamole fresco, con menos grasa y un perfil nutricional más ligero. Además, este cambio no compromete el sabor, lo que lo convierte en una opción ideal para quienes buscan cuidar su salud sin renunciar a sus antojos.
Este guacamole bajo en grasa también es versátil. Puede servirse como acompañamiento de ensaladas, tacos o como un dip ligero para snacks saludables. De igual manera, favorece a quienes llevan dietas controladas en calorías o desean mejorar la calidad de sus grasas sin dejar de disfrutar.
Por otro lado, la tendencia de reinventar recetas tradicionales refleja un interés creciente en la cocina saludable. De acuerdo con datos publicados en septiembre de 2025 en California, las búsquedas de recetas bajas en grasa aumentaron más de 25 % en plataformas de nutrición.
Un detalle importante es que un aguacate mediano puede aportar hasta 240 calorías, mientras que un calabacín entero apenas alcanza 33. Esta diferencia ayuda a explicar por qué la receta de Simonsen representa una alternativa práctica y ligera para quienes disfrutan del guacamole de forma habitual.
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