Incluir salmón en la dieta mexicana se ha convertido en una estrategia práctica para sumar nutrientes esenciales y obtener beneficios visibles en la piel y el bienestar diario. Este pescado no solo destaca por su sabor versátil, también aporta energía sostenida que resulta clave en rutinas con altas exigencias físicas o laborales.
Uno de sus principales atributos es su alto contenido en ácidos grasos omega-3, fundamentales para mantener la piel hidratada y reducir la inflamación interna que puede reflejarse en cansancio. Además, el salmón es fuente natural de proteínas de calidad, indispensables para reparar tejidos y fortalecer músculos tras la actividad diaria.
Beneficios del salmón para la piel y la energía
Consumir salmón dos veces por semana ayuda a mejorar la elasticidad de la piel gracias a la combinación de antioxidantes y vitaminas como la D y la B12. Estas favorecen la producción de colágeno y el funcionamiento del sistema nervioso, lo que repercute en mayor vitalidad. Asimismo, la presencia de Selenio potencia la protección frente a radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro.
Del mismo modo, el salmón impulsa la energía al estabilizar los niveles de glucosa y proporcionar sensación de saciedad prolongada. Esta cualidad es especialmente útil para quienes buscan evitar picos de cansancio durante la jornada.
Cómo integrarlo en una alimentación equilibrada
El salmón puede prepararse a la plancha, al horno o en ensaladas frías, lo que lo convierte en una opción adaptable a diferentes estilos de vida. De igual manera, es importante acompañarlo con verduras frescas o granos enteros para potenciar su perfil nutricional y lograr un plato completo.
De acuerdo con datos actualizados a septiembre de 2025, México importó más de 50 mil toneladas de salmón, reflejando la creciente demanda de un alimento que hoy forma parte de la mesa de muchas familias.