Un pequeño toque de picante puede marcar una gran diferencia en la mesa de los hogares españoles. Más allá de su sabor intenso, los alimentos con capsaicina el compuesto que da el característico picor han demostrado favorecer la reducción de calorías en la dieta diaria. Estudios recientes en España señalan que añadir ingredientes como guindilla o pimientos picantes podría ayudar a sentirse satisfecho antes y, en consecuencia, comer menos sin perder el placer de la comida.
Picante y saciedad, un aliado inesperado
La capsaicina estimula receptores en la boca y el estómago que generan una sensación de calor y plenitud. Este efecto contribuye a ralentizar la ingesta y aumenta la percepción de saciedad. Además, se ha observado que el picante puede activar el metabolismo de manera ligera, lo que favorece el gasto energético. Incorporar especias picantes en platos habituales, como sopas, guisos o ensaladas, no solo añade sabor, sino también ayuda a controlar la cantidad total de comida ingerida.
Cómo sumar picante a la dieta sin excesos
El equilibrio es clave. No se trata de comer picante en exceso, sino de integrarlo de forma gradual y moderada. En España se recomienda empezar con pequeñas cantidades en recetas conocidas, como lentejas o pasta, y adaptarlo al propio nivel de tolerancia. Además, al ser un potenciador natural del sabor, puede disminuir la necesidad de añadir sal, un beneficio adicional para la salud cardiovascular.
Un informe publicado en agosto de 2025 confirmó que las personas que añadieron picante de manera frecuente a su dieta lograron reducir hasta un 10 por ciento la ingesta calórica en sus comidas principales, sin sacrificar el disfrute de la mesa.
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