No solo están presentes en ferias o puestos callejeros cuando bajan las temperaturas. En España, las castañas son una joya nutricional del otoño que vale la pena incorporar con intención en la dieta diaria. Más allá de su sabor reconfortante, este fruto seco aporta beneficios reales para la salud cardiovascular, gracias a su perfil bajo en grasas y su riqueza en fibra, potasio y antioxidantes.
A diferencia de otros frutos secos, las castañas tienen menos calorías y contienen más agua y almidón, lo que las hace una opción más saciante y menos densa energéticamente. Este equilibrio las convierte en un alimento ideal para personas que buscan cuidar el corazón sin renunciar a los sabores otoñales.
Castañas y salud cardiovascular: lo que debes saber
Uno de sus principales aportes es el potasio, un mineral clave para mantener la presión arterial en niveles saludables. Además, contienen polifenoles, compuestos antioxidantes que ayudan a proteger los vasos sanguíneos y reducir la inflamación, dos factores relacionados con el riesgo cardiovascular.
Asimismo, su aporte de fibra favorece un mejor perfil lipídico en sangre, ayudando a reducir el colesterol LDL (conocido como “colesterol malo”). De igual manera, al ser naturalmente libres de gluten, las castañas son una alternativa excelente para personas con celiaquía o sensibilidad al gluten.
Ya sea cocidas, asadas o en forma de harina para repostería, las castañas pueden acompañar múltiples preparaciones dulces y saladas. También son un snack saludable por sí solas, siempre que se consuman en porciones razonables. Se recomienda evitar las versiones glaseadas o ultraprocesadas, que pueden contener azúcares añadidos.
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