Septiembre llega y en México muchos sienten la urgencia de “resetear” sus hábitos. Esta presión impulsa dietas extremas que prometen resultados rápidos, pero olvidan cuidar el bienestar real del cuerpo. En lugar de caer en soluciones exprés, conviene optar por cambios constantes y balanceados.
Hábitos duraderos: la clave para una alimentación sostenible
Además de evitar las llamadas “dietas milagro”, como las muy bajas en calorías, monodietas, batidos detox o ayunos intermitentes, en España se advierte el riesgo de perder masa muscular, sufrir deficiencias nutricionales, mareos y una relación dañada con la comida; muchas personas las siguen sin supervisión y terminan recuperando peso con más grasa corporal. Del mismo modo, un meta-análisis reciente en Reino Unido y EE. UU. muestra que quienes siguen la dieta planetaria saludable reducen la mortalidad por enfermedades como cáncer, cardiopatías, derrame cerebral o diabetes. Esta dieta combina bienestar personal con sostenibilidad ambiental.
Alimentación sostenible: beneficios para ti y para el planeta
Asimismo, adoptar una dieta sostenible significa consumir más alimentos vegetales como frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, y disminuir moderadamente el consumo de productos animales. Esta estrategia es saludable, accesible y respetuosa con el medio ambiente. Además, un enfoque así también contribuye a reducir emisiones de gases de efecto invernadero al priorizar productos locales, de temporada y menos procesados.
En México siete de cada diez personas consumen menos de 400 gramos diarios de frutas y verduras, cifra que la OMS recomienda para reducir el riesgo de enfermedades crónicas como cardiopatías o ciertos tipos de cáncer.
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