La gastronomía española no se entiende sin las gambas. Ya sea en la plancha, al ajillo o en una buena paella, su sabor es un clásico. Pero hay una costumbre muy arraigada que genera dudas: ¿es saludable chupar la cabeza de las gambas? Aunque ese jugo intenso parece un manjar, conviene conocer lo que realmente contiene.
La doctora Magda Carlas, especialista en nutrición, explicó recientemente que chupar la cabeza de las gambas puede implicar un riesgo por la alta concentración de metales pesados, como el cadmio. Este mineral tóxico, presente en ambientes contaminados, se acumula especialmente en el aparato digestivo del crustáceo, es decir, justo en la zona que muchas personas disfrutan.
Riesgos de chupar la cabeza de las gambas
Según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), el cadmio puede causar daños renales si se consume en exceso de forma habitual. La recomendación oficial no prohíbe esta práctica, pero sí aconseja moderarla, sobre todo en niños y mujeres embarazadas. El motivo es claro: los organismos más sensibles tienen menor capacidad para eliminar sustancias tóxicas.
Además, aunque en pequeñas cantidades no se considera peligroso, el consumo frecuente puede hacer que estos metales se acumulen con el tiempo. Esto no solo aplica a las gambas, sino también a otros mariscos similares como langostinos y cigalas.
Sí, y sin renunciar al placer. Lo ideal es disfrutar de estos mariscos de forma ocasional y, si se va a chupar la cabeza, hacerlo de vez en cuando, no en cada ocasión. Preparaciones al vapor o a la plancha también pueden ayudar a reducir el contenido de ciertas sustancias.
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