Moverse un poco más cada día puede parecer una recomendación sencilla, pero sus efectos en la salud son sorprendentes. En España, donde el sedentarismo afecta a más del 35% de la población adulta, aumentar solo 30 minutos la actividad física diaria puede marcar una diferencia significativa. No se trata de entrenamientos intensos, sino de acciones cotidianas: caminar más, subir escaleras o hacer pausas activas si trabajas frente al ordenador.
Los beneficios reales de moverse 30 minutos más
Incrementar el movimiento diario ayuda a regular el apetito, mejora la digestión y reduce la inflamación. De acuerdo con la experta en medicina deportiva y nutrición Taru Garthwaite, la actividad física moderada actúa como un regulador natural del sistema metabólico. Esto significa que, al moverte más, tu cuerpo procesa mejor los alimentos y mantiene estables los niveles de energía. Además, impacta positivamente en el estado de ánimo y el bienestar emocional, gracias a la liberación de endorfinas.
Incorporar estos 30 minutos no exige cambios drásticos. Caminar al trabajo, bailar en casa o salir a pasear después de comer son estrategias accesibles que cualquiera puede adoptar. Y lo mejor: los efectos se notan en pocas semanas, tanto en la calidad del sueño como en la sensación general de vitalidad.
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Nutrición y movimiento, un binomio clave para la salud
Una alimentación equilibrada potencia los beneficios de moverse más. Comer frutas, verduras, proteínas magras y grasas saludables ayuda al cuerpo a recuperarse y aprovechar al máximo cada momento activo. En consecuencia, se crea un círculo virtuoso donde moverse impulsa a comer mejor, y viceversa.
