Una alimentación equilibrada puede marcar la diferencia en la salud y el bienestar de las personas con síndrome de Down. En España, especialistas del Hospital del Mar Research Institute y del Centro de Regulación Genómica han destacado cómo una dieta rica en proteínas de calidad, cereales integrales, frutas, verduras y grasas saludables mejora no solo la salud física, sino también las capacidades cognitivas.
El estudio europeo GO-DS21, en el que participan centros de seis países, analiza la relación entre nutrición, genética y funcionamiento cerebral en personas con síndrome de Down. Sus primeros resultados muestran una clara conexión entre una buena alimentación y un mejor rendimiento cognitivo. Los investigadores señalan que una dieta con nutrientes esenciales favorece la memoria, la atención y el aprendizaje, al tiempo que reduce el riesgo de obesidad, un problema común en esta población.
Nutrición de calidad para potenciar el bienestar
El proyecto también subraya la importancia del entorno familiar. Los hábitos de las familias, especialmente de las madres, influyen directamente en las decisiones alimentarias de las personas con síndrome de Down. Mantener en casa opciones saludables y limitar el acceso a productos con exceso de azúcar o grasa contribuye a crear rutinas positivas y duraderas.
Asimismo, los expertos explican que existe una predisposición genética a preferir los sabores dulces o los alimentos ricos en grasa. Por ello, recomiendan trabajar desde la infancia en la educación del gusto, ofreciendo alternativas más nutritivas y atractivas como frutas frescas, yogures naturales o frutos secos.
Los investigadores de GO-DS21 coinciden en que una combinación de alimentación equilibrada y actividad física regular puede mejorar la calidad de vida, prevenir la obesidad y fortalecer el desarrollo cognitivo de las personas con síndrome de Down.
