La alimentación influye en el funcionamiento del organismo mucho más allá del peso. En México, donde las tendencias nutricionales cambian con rapidez, las dietas bajas en carbohidratos se han vuelto populares para bajar talla y ganar definición. Sin embargo, nuevos hallazgos científicos sugieren que reducir demasiado estos nutrientes podría afectar la salud del intestino y aumentar ciertos riesgos si no se realiza con acompañamiento profesional.
En una dieta baja en carbohidratos se priorizan proteínas y grasas y se limitan fuentes como frutas, cereales, avena, frijoles y algunas verduras. El problema aparece cuando la reducción de carbohidratos implica también disminuir la fibra, que es la base del equilibrio de la microbiota intestinal. Sin suficiente fibra, la capa que protege el colon puede volverse más delgada y vulnerable.
Impacto de las dietas bajas en carbohidratos en el colon
Investigaciones recientes observaron que una dieta muy baja en carbohidratos favoreció el crecimiento de una bacteria del colon capaz de producir sustancias que dañan el ADN de las células intestinales. Este daño puede relacionarse con mayor riesgo de cáncer colorrectal, especialmente en personas con antecedentes familiares o predisposición genética. Además, cuando la fibra baja de manera notable, se altera la diversidad de la microbiota, lo que impacta el sistema inmune y la digestión.
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Cómo aplicar este conocimiento en la vida diaria
Una opción segura consiste en ajustar la calidad de los carbohidratos en lugar de eliminarlos: preferir frutas frescas, legumbres, verduras y granos enteros. Asimismo, consultar al personal de salud antes de modificar la alimentación evita riesgos innecesarios. En agosto 2025, especialistas en nutrición en México reportaron un aumento en consultas relacionadas con problemas digestivos derivados de dietas restrictivas.
