Durante décadas, la leche ha sido protagonista de una discusión interminable en países como México, donde forma parte esencial de la alimentación cotidiana. Se le atribuyen beneficios clave como fortalecer los huesos o aportar calcio, pero también ha sido señalada por causar inflamación, acné o molestias digestivas. A pesar de tanta información disponible, seguimos igual de confundidos.
La respuesta más honesta es: depende. El consumo de leche no es indispensable para estar sano, pero tampoco es perjudicial para todos. En adultos sanos, tomar leche puede aportar proteínas de buena calidad, calcio, vitamina D y otros nutrientes esenciales. Sin embargo, aproximadamente 20% de la población mexicana podría tener intolerancia a la lactosa, lo que genera molestias digestivas y lleva a muchos a evitarla sin diagnóstico médico.
Además, cada organismo reacciona distinto. Hay quienes la consumen sin problema y quienes notan mejoría al retirarla. La clave está en escuchar al cuerpo y consultar con profesionales de la salud antes de hacer cambios importantes.
Lo que sí sabemos con certeza sobre el consumo de leche
Estudios recientes de 2023 y 2024 coinciden en que no existe evidencia concluyente para afirmar que la leche sea perjudicial en personas sanas. Tampoco hay base científica sólida que la relacione directamente con enfermedades crónicas. Más bien, se trata de un alimento que puede formar parte de una dieta equilibrada, siempre que se ajuste a las necesidades individuales.
Por otro lado, muchas alternativas vegetales como leches de avena, almendra o soya se han popularizado. Aunque algunas son opciones válidas, no todas ofrecen el mismo perfil nutricional. Elegirlas solo por moda puede no ser lo más adecuado.
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