En España y América Latina, las dietas extremas siguen ganando popularidad. Muchas personas se suman a tendencias que excluyen grupos completos de alimentos, como las dietas carnívoras estrictas. Aunque prometen resultados rápidos, este tipo de alimentación puede ser desequilibrada y peligrosa si no se realiza con supervisión profesional.
Nuestro cuerpo está diseñado para alimentarse como lo que realmente es: omnívoro. Esto significa que necesitamos nutrientes de origen vegetal y animal para mantenernos saludables. Excluir vegetales, frutas, legumbres o cereales integrales puede afectar funciones clave como la digestión, el sistema inmune o la salud cardiovascular.
Además, los estudios más recientes coinciden en que una dieta balanceada, rica en variedad, es la mejor herramienta para prevenir enfermedades crónicas. En agosto de 2025, la Asociación Española de Dietistas publicó un informe donde se advierte sobre los riesgos de seguir planes nutricionales restrictivos sin acompañamiento. El cuerpo necesita equilibrio, no extremos.
Dieta carnívora: ¿moda o riesgo nutricional?
Pablo Ojeda, nutricionista con amplia trayectoria, explicó recientemente que “no somos leones”, en referencia a la creciente moda de comer únicamente carne. Aunque este tipo de dieta puede ofrecer proteína y grasas, deja fuera fibra, antioxidantes, vitaminas esenciales y otros compuestos necesarios para el buen funcionamiento del organismo.
No se trata de demonizar alimentos ni seguir modas sin fundamento. Se trata de escuchar a nuestro cuerpo y entender que el bienestar a largo plazo se construye con hábitos sostenibles. Comer con responsabilidad es también cuidar de nuestra salud mental, social y emocional.
