Desde las mesas otoñales hasta los platillos más reconfortantes de invierno, la calabaza es una hortaliza versátil que va mucho más allá del típico adorno de Halloween. En España, su consumo ha aumentado, y no es casualidad: su perfil nutricional ofrece beneficios concretos que se alinean con un estilo de vida saludable y equilibrado.
Con bajo contenido en grasas y pocas calorías, la calabaza se convierte en un aliado ideal para quienes buscan mantener su peso sin sacrificar sabor. Una taza cocida aporta apenas 49 calorías, pero sí una gran cantidad de fibra, lo que ayuda a mejorar la digestión y a generar una mayor sensación de saciedad. Además, su contenido en agua alrededor del 90% la hace excelente para la hidratación y la salud de la piel.
Una bomba de antioxidantes para cuidar tus ojos
Uno de sus aportes más destacados es su riqueza en betacarotenos, pigmentos naturales que el cuerpo transforma en vitamina A. Esta vitamina es clave para mantener una buena salud visual, especialmente en condiciones de poca luz. Del mismo modo, los antioxidantes presentes en la calabaza ayudan a reducir el estrés oxidativo, lo que favorece la salud celular y puede prevenir el envejecimiento prematuro.
También contiene vitamina C, esencial para el sistema inmunológico, y minerales como el potasio, que apoya la función muscular y el control de la presión arterial. Estos beneficios la convierten en un alimento funcional, especialmente útil en temporadas donde el cuerpo necesita más defensas naturales.
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