Sentirte agotado todo el día no siempre es culpa de dormir poco. En países como México, donde el ritmo de vida es intenso y la alimentación suele ser deficiente en nutrientes clave, la falta de hierro puede ser un motivo más común de lo que se piensa. El hierro es esencial para producir hemoglobina, esa proteína en la sangre que transporta oxígeno a cada rincón del cuerpo. Sin suficiente hierro, tu energía simplemente no rinde.
Además del cansancio extremo, otros síntomas de deficiencia de hierro incluyen piel pálida, falta de concentración y uñas quebradizas. La buena noticia es que mejorar estos síntomas puede ser tan sencillo como ajustar lo que comes.
Hierro en tu dieta diaria: cómo incluirlo sin complicaciones
Las fuentes animales como carnes rojas magras, pollo y pescados como el atún o las sardinas contienen hierro hemo, que el cuerpo absorbe más fácilmente. Si prefieres opciones vegetales, apuesta por lentejas, garbanzos, espinacas, semillas de calabaza o tofu. Aunque el hierro vegetal se absorbe con menor eficacia, puedes mejorar su asimilación combinándolo con alimentos ricos en vitamina C, como naranja, fresas o jitomate.
El secreto está en la constancia: integrar pequeñas porciones de estos alimentos en tus platillos diarios puede marcar una gran diferencia en tu bienestar general. También es importante limitar el café o té durante las comidas, ya que dificultan la absorción del hierro.
Aunque una dieta rica en hierro es clave, si los síntomas de fatiga o debilidad no mejoran, es importante acudir a un profesional de la salud.
