Reducir ciertos ingredientes del menú diario puede beneficiar más al corazón que llenar el plato de “superfoods”. Así lo afirma el Dr. Andrew Freeman, cardiólogo en Denver, Colorado, quien advierte sobre alimentos comunes en la dieta de Estados Unidos que elevan el riesgo cardiovascular sin que muchas personas lo noten.
En Estados Unidos, productos como embutidos, snacks salados y cereales azucarados forman parte habitual del desayuno o lunch. El problema es que suelen contener grasas saturadas, sodio en exceso y azúcares añadidos, una combinación que, consumida con frecuencia, puede inflamar las arterias y elevar el colesterol LDL (conocido como “malo”).
El Dr. Freeman recomienda poner especial atención a estos nueve alimentos: carnes procesadas (como tocino y salchichas), refrescos, frituras, cereales de caja, productos horneados industrializados, helados, quesos altos en grasa, comidas rápidas y jugos comerciales. Todos tienen algo en común: se digieren rápido, pero su impacto en el cuerpo puede durar años.
Cómo hacer cambios sin dejar de disfrutar la comida
Adoptar una dieta más cardioprotectora no significa comer aburrido. El especialista sugiere preferir alimentos frescos, como frutas enteras en lugar de jugos o cereales integrales en vez de los refinados. También aconseja evitar los extremos: no se trata de eliminar al 100%, sino de reducir la frecuencia.
Además, incorporar grasas buenas como las del aguacate o nueces puede ser más útil que obsesionarse con alimentos de moda. De igual forma, cocinar en casa permite controlar ingredientes y porciones, lo cual tiene un impacto directo en la presión arterial y el peso corporal.
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