Crujiente, sabroso y parte de la cultura gastronómica en México, el chicharrón de cerdo es un alimento que despierta opiniones encontradas cuando se habla de salud. Aunque muchos lo disfrutan en tacos, guisos o acompañado de salsa, su consumo requiere equilibrio y moderación.
El chicharrón está compuesto principalmente por piel y grasa de cerdo. Esto significa que aporta proteínas y colágeno, nutrientes importantes para los músculos, las articulaciones y la piel. Por otro lado, contiene un nivel elevado de grasas saturadas y sodio, que en exceso pueden afectar la salud cardiovascular. Por esta razón, especialistas recomiendan incluirlo solo de forma ocasional y dentro de una dieta variada.
Una porción pequeña, equivalente a 30 gramos, puede proporcionar hasta 160 calorías, con alrededor de 10 gramos de proteína. Este aporte puede resultar útil como complemento energético, siempre que no se abuse de su consumo ni se acompañe de bebidas azucaradas o alimentos fritos. Del mismo modo, elegir chicharrón horneado en lugar del tradicional frito puede reducir la ingesta de grasa.
Beneficios y límites del chicharrón de cerdo
El chicharrón de cerdo puede ser fuente de saciedad gracias a su proteína, lo que ayuda a evitar antojos entre comidas. Además, en preparaciones moderadas, se convierte en una opción práctica para obtener colágeno sin necesidad de suplementos. En consecuencia, puede formar parte de la dieta si se equilibra con verduras, leguminosas y cereales integrales.
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No obstante, la recomendación es clara: no más de una o dos porciones pequeñas por semana. Incluirlo como ingrediente en guisos con nopal, frijoles o ensaladas es una forma inteligente de disminuir el impacto calórico y aumentar el aporte de fibra.
Cómo integrarlo de manera saludable
Al preparar chicharrón en casa se puede optar por hornearlo, usar cortes con menos grasa y controlar la cantidad de sal. Por otro lado, la hidratación y el consumo regular de frutas frescas ayudan a balancear la dieta cuando se disfruta de este alimento. De igual manera, es fundamental evitar consumirlo como botana frecuente o en grandes cantidades.
Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2024, en México el consumo de alimentos ultraprocesados con alto contenido de sodio se relaciona con un incremento de 18 % en el riesgo de hipertensión. Esto subraya la necesidad de moderar productos como el chicharrón.
