Un platillo con frijoles suele evocar la cocina casera mexicana, pero también encierra un poderoso aliado para la salud. Investigaciones recientes de la Universidad de Harvard sugieren que incluir esta legumbre al menos cuatro veces por semana ayuda a mejorar la salud cardiovascular y mantener un peso estable.
Los frijoles no solo aportan proteínas vegetales accesibles y económicas, también contienen fibra que favorece la digestión y regula los niveles de azúcar en la sangre. En México, donde forman parte de la dieta tradicional, integrarlos en sopas, guisos o ensaladas resulta sencillo y delicioso.
Beneficios de los frijoles en la nutrición diaria
Al consumir frijoles con regularidad se reduce el riesgo de enfermedades crónicas y se obtiene una mayor sensación de saciedad. Además, su contenido en minerales como hierro, magnesio y potasio contribuye al buen funcionamiento del organismo. Prepararlos en combinación con cereales como el arroz mejora la calidad de la proteína, logrando un perfil nutricional más completo.
Por otro lado, elegir frijoles cocidos en casa permite controlar la cantidad de sal y evitar conservadores presentes en algunas presentaciones enlatadas. Esta práctica no solo cuida la salud, también refuerza el vínculo con los alimentos frescos y de temporada.
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Frijoles y salud a largo plazo
Harvard recomienda consumir frijoles cuatro veces a la semana porque su efecto protector es acumulativo. Estudios recientes publicados en agosto de 2025 confirman que quienes incluyen legumbres con frecuencia presentan menor incidencia de hipertensión. En consecuencia, incorporar este hábito no representa un cambio drástico, sino un ajuste sencillo con impacto positivo.
De igual manera, los frijoles son un recurso sustentable, pues requieren menos agua y energía para producirse en comparación con las proteínas animales.