Las barras de proteína se encuentran hoy en supermercados de México y han dejado de ser un producto exclusivo de deportistas. Muchas personas las consumen para tener energía rápida entre comidas, recuperarse después del ejercicio o incluso sustituir el desayuno en días de prisa. Aunque parecen una solución práctica, conviene revisar qué contienen y cómo influyen en la salud diaria.
Una barra de proteína puede contener desde 5 hasta más de 20 gramos de proteína, dependiendo de la marca. Esta proteína suele provenir de suero de leche, soya o chícharo, pero no todas las opciones aportan la misma calidad nutricional. Del mismo modo, algunas incluyen azúcares añadidos, jarabes o alcoholes de azúcar que, en exceso, provocan malestar digestivo. Por otro lado, las barras altas en fibra o con frutos secos ofrecen beneficios adicionales para la saciedad y la digestión.
En consecuencia, leer las etiquetas es la mejor forma de elegir con responsabilidad. Una opción equilibrada debe combinar suficiente proteína, moderado aporte de carbohidratos y grasas saludables, sin exceso de azúcares. En México, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha señalado que el contenido real de algunas barras puede variar respecto a lo que prometen en el empaque, lo cual refuerza la importancia de comparar marcas y no dejarse llevar por la publicidad.
¿Cuándo conviene comer una barra de proteína?
Las barras de proteína funcionan bien como colación después de entrenar o como respaldo en jornadas largas cuando no hay tiempo para una comida completa. No sustituyen a frutas, verduras o platillos caseros, pero ayudan a cubrir necesidades de proteína en contextos prácticos. De igual manera, resultan útiles para quienes buscan controlar el hambre entre comidas y mantener estables los niveles de energía.
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Un estudio publicado en agosto de 2025 en Nutrients mostró que las dietas ricas en proteína y fibra reducen la probabilidad de desarrollar obesidad abdominal, lo que confirma la importancia de estas fuentes alimenticias en la vida diaria.
La recomendación general es consumir barras de proteína como complemento ocasional y no como base de la alimentación. Mantener variedad en la dieta y priorizar alimentos frescos garantiza un mejor balance nutricional.
