Muchas personas en México y otros países saben que correr exige más que solo poner un pie delante del otro. Quienes entrenan con experiencia entienden que el estómago también necesita ensayar; entrenar cómo y cuándo comer es tan importante como entrenar las piernas.
Enseñarle a tu sistema digestivo ayuda a evitar molestias comunes como flatulencias, náuseas o distensión abdominal, que afectan a casi la mitad de los corredores antes de una carrera y a más de una cuarta parte durante la propia prueba. Además, el desayuno previo debe incluir carbohidratos de fácil digestión entre dos y cuatro horas antes, acompañado de buena hidratación. Evitar grasas, fibras densas o comidas pesadas es fundamental para llegar con energía sin malestar.
Nutrición en corredores: el equilibrio que marca la diferencia
Los corredores expertos entienden que no existe un alimento milagroso, sino que el verdadero secreto está en la variedad y el equilibrio. Una dieta diversificada amplifica los nutrientes disponibles y optimiza el rendimiento. Esto implica incluir varios tipos de carbohidratos, proteínas de calidad y grasas saludables, adaptados a cada etapa del entrenamiento y a las necesidades de cada persona.
Asimismo, el aporte constante de macronutrientes es la base de la nutrición deportiva; los carbohidratos son el combustible principal durante los entrenamientos de resistencia, las grasas aportan energía en esfuerzos más ligeros y las proteínas son clave para reparar los tejidos después del ejercicio. Quienes buscan recuperarse mejor saben que distribuir las proteínas a lo largo del día y consumirlas tras el entrenamiento acelera la reparación muscular.
En conclusión, entrenar el sistema digestivo, mantener variedad en la dieta y repartir adecuadamente los nutrientes son estrategias que marcan la diferencia en el rendimiento y la recuperación de los corredores.
Si este artículo te está gustando, podrías leer: Albedo en la mandarina: el pequeño gran aliado que no debes desechar