Varios de los mayoristas alimentarios más importantes de México aceptaron el reto de reducir el desperdicio de comida en el país con motivo del primer día mundial de Concienciación sobre la Pérdida y Desperdicio de Alimentos, realizado el pasado 29 de septiembre.
La representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en México, Lina Pohl, aseguró en un encuentro virtual con los mayoristas que “las cifras a nivel global son increíbles”.
Pohl advirtió de la gravedad del asunto sobre todo en una situación global como la pandemia de covid-19, que amenaza con dejar hasta “120 o 130 millones de personas con hambre en América Latina y el Caribe”.
La coordinadora general del llamado mercado de alimentos más grande del mundo, la Central de Abasto de Ciudad de México, Marcela Villegas, explicó que el 13.9 % de la población capitalina está en carencia alimentaria, mientras se desperdician 13,073 toneladas de comida cada día en la ciudad.
Villegas apuntó como causas a solucionar el transporte, que daña la mercancía, los malos cálculos de la oferta y la demanda, las carencias de refrigeración y los problemas culturales que conducen al desecho de la comida.
El presidente de la Confederación Nacional de Agrupaciones de Comerciantes en Centros de Abasto (Conacca), Miguel Fernando Gracián, reconoció que el gremio “tiene y mantiene día a día la responsabilidad social de acopiar, conservar y distribuir lo que se produce en México” porque gestiona el 73 % del alimento generado.
“Las centrales de abastos y los comercios detallistas registran los mayores volúmenes de pérdidas de alimentos dentro de la cadena de suministro, hecho que confirma que nuestro papel debe ser protagónico en la reducción de la pérdida de alimentos”, indicó.
La solución, para Gracián, “radica en la modernización de toda la cadena productiva” impulsada por el poder legislativo.
El presidente de la Central de Abastos de Ecatepec y de la Federación Latinoamericana de Mercados de Abastecimiento, Arturo Fernández, dijo que la asociación trabaja en tres temas para reducir la pérdida de alimentos.
Fernández explicó que colaboran con la Universidad de Chapingo para transformar los desechos orgánicos en composta y alimento de animales, también trabajan para generar una ensalada “con altos niveles nutricionales” accesible económicamente y que evite excedentes, además de imitar un programa brasileño de aprovechamiento.