Meses después de la pandemia de coronavirus, es posible que todavía tenga preguntas sobre lo que debe y no debe hacer cuando se trata de usar máscaras. Los expertos brindan una guía clara aquí.
Todos deben usar cubrebocas de tela en supermercados, farmacias y otros lugares donde las medidas de distanciamiento social son difíciles de mantener, especialmente en partes del país donde hay mucha transmisión de COVID-19.
Si bien algunos han rechazado esta recomendación, la práctica se ha popularizado. En una encuesta más de cuatro de cada cinco personas dijeron que habían usado un cubre boca en público en un esfuerzo por limitar la propagación del coronavirus.
Pero debido a que las políticas y las actitudes han cambiado rápidamente, muchas personas no tienen claro qué deben y no deben hacer cuando se trata de máscaras. A medida que los bloqueos se reducen este verano y la gente sale al exterior, es más urgente que nunca el uso adecuado de la máscara para asegurarse de que el virus no reaparezca. Aquí hay algunos fundamentos que cubren la cara.
La recomendación de usar un cubre boca si tiene fiebre, tos u otros síntomas de COVID-19 siempre tuvo sentido como una forma para que las personas enfermas eviten infectar a otras personas.
Pero a medida que se propagó el coronavirus, quedó claro que una persona no podía tener síntomas y seguir siendo portadora. Un estudio encontró que el 81 por ciento de los 128 pasajeros de cruceros que dieron positivo por COVID-19 no tenían síntomas.
La mayoría de los virus solo son contagiosos cuando tienes síntomas, dice Panagis Galiatsatos, MD, médico de cuidados intensivos y pulmonares de Johns Hopkins Medicine en Baltimore y vocero de la Asociación Estadounidense del Pulmón. «Este, sin embargo, es contagioso cuando no presentas síntomas, así que da miedo».
La comprensión de que las personas asintomáticas pueden propagar la enfermedad cambió la política de uso de mascarillas porque es posible que usted tenga la enfermedad, no lo sepa e infecte más fácilmente a otras personas si no usa una máscara.
Robert Glatter, MD, médico del departamento de medicina de emergencia del Hospital Lenox Hill en la ciudad de Nueva York, enfatiza que el objetivo de usar una máscara no es tanto para protegerse a sí mismo como para salvaguardar a los que lo rodean, en particular a las personas mayores que puede tener afecciones médicas crónicas como enfermedades cardíacas, diabetes, obesidad o enfermedad renal crónica. “Si todos usan una máscara, todos nos protegemos unos a otros en esencia”
Aunque las máscaras no brindan una protección completa para el usuario, las investigaciones sugieren cada vez más que el riesgo de infección se desploma a medida que más personas usan máscaras, se lavan las manos con frecuencia y siguen las reglas de distanciamiento social.