Suficiente para todos: En teoría, diez mil millones de personas podrían alimentarse sin dañar nuestro planeta. Esta es la conclusión a la que han llegado los investigadores que han estudiado los efectos de la producción de alimentos en los límites de estrés planetario de la Tierra. Pero para lograr este objetivo, se necesitan cambios fundamentales, no sólo en la gestión de la tierra, sino también en el lado del consumidor.
El derecho a la alimentación es un derecho humano y, sin embargo, millones de personas en todo el mundo se mueren de hambre. En el futuro, este problema podría agravarse aún más. Los cambios en el comportamiento de los consumidores y el aumento de la población mundial hacen que la demanda de cereales, carne y similares aumente constantemente.
Al mismo tiempo, las consecuencias del cambio climático y otros daños ambientales causados por el hombre ya están provocando pérdidas de rendimiento a nivel mundial, ya sea por la degradación del suelo o por el aumento de las olas de calor y las sequías.
¿Puede funcionar? Los expertos se han ocupado durante mucho tiempo de la cuestión de cómo la producción de alimentos puede llegar a ser más sostenible y, al mismo tiempo, abastecer a más y más personas. «Al observar el estado del planeta Tierra y la influencia de las actuales prácticas agrícolas mundiales en él, hay muchos motivos de preocupación, pero también razones para la esperanza, siempre que veamos muy pronto una acción decisiva», dice Dieter Gerten del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático.
Límites planetarios a la vista
El científico y sus colegas han llevado a cabo un estudio detallado de cuántas personas podrían alimentarse en todo el mundo si se observaran normas ecológicas estrictas. Para sus cálculos, definieron las capacidades ambientales en forma de los llamados límites de carga planetaria, valores máximos científicamente definidos para la intervención humana en los procesos centrales del planeta.
En términos concretos, el equipo de investigación identificó cuatro de los nueve límites planetarios que son relevantes para la agricultura: cambios en el uso de la tierra, uso de agua dulce, uso de fertilizantes artificiales y la integridad de la biosfera, es decir, la biodiversidad y los ecosistemas intactos. Utilizando un modelo informático, Gerten y sus colegas determinaron entonces los efectos de la producción de alimentos en estos límites.
Suficiente para diez mil millones
Las evaluaciones revelaron Actualmente, casi la mitad de la producción mundial de alimentos se realiza a expensas de los límites planetarios. «Dedicamos demasiada tierra al ganado y a los cultivos, usamos demasiado fertilizante y regamos en exceso», explica Gerten. Si, por otra parte, se respetaran estrictamente los límites de estrés de la Tierra, el sistema alimentario en su forma actual sólo podría proporcionar una dieta equilibrada a 3.400 millones de personas, según los cálculos.
Pero hay buenas noticias: las nuevas formas de agricultura y consumo podrían alimentar a un número significativamente mayor de personas sin poner en peligro el sistema de la Tierra. «Las transformaciones de este tipo hacen posible proporcionar alimentos suficientes para hasta diez mil millones de personas – nuestras investigaciones lo demuestran», subraya Gerten.
Más rendimientos de forma sostenible
¿Cómo podría ser esto en términos concretos? «Estamos descubriendo que en muchas regiones la agricultura utiliza demasiada agua, tierra o fertilizantes. Por lo tanto, la producción en esas regiones debe conciliarse con la sostenibilidad ambiental. De hecho, existen enormes oportunidades para aumentar la producción agrícola en esas regiones de manera sostenible. Esto se aplica, por ejemplo, a grandes zonas del África subsahariana, donde una gestión más eficiente del agua y los nutrientes podría mejorar enormemente los rendimientos», dice el colega de Gertens Johan Rockström.
En otros lugares, sin embargo, la agricultura está tan lejos de los límites locales y planetarios que ni siquiera los sistemas más sostenibles podrían compensar plenamente la presión sobre el medio ambiente. Según los investigadores, así ocurre, por ejemplo, en algunas partes del Oriente Medio, Indonesia y, en cierta medida, en Europa central, que, por consiguiente, no pueden abastecerse de manera sostenible. Por esta razón, el comercio mundial y la distribución sensata de alimentos seguirán siendo un elemento clave de un mundo alimentado de manera sostenible incluso después de la reorientación, como subrayan.
Come menos carne
Pero los consumidores también deben poner su granito de arena: los análisis confirman una vez más que no funcionará sin un cambio de gran alcance en la dieta. Por ejemplo, será necesario sustituir partes del consumo de carne y otras proteínas animales por más legumbres y otras verduras. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) también lo señaló en su último informe especial sobre el cambio climático y el uso de la tierra.
«Los cambios en la dieta diaria pueden parecer inicialmente difíciles de tragar. Pero a largo plazo, un cambio en la dieta hacia una mezcla más sostenible en el plato no sólo beneficiará al planeta, sino también a la salud de las personas», dice la colega de Gertens, Vera Heck.
Demasiado desperdicio
Otro factor decisivo es la reducción de las pérdidas de alimentos: como subrayan los científicos, actualmente hasta el 30% de todos los alimentos producidos se pierden sólo a través de los desechos. «Esta situación exige claramente una acción política decisiva para crear incentivos tanto para los productores como para los consumidores», dice Heck.
Sin embargo, la consecuencia más desafiante del estudio, según los investigadores, es el cambio necesario en el uso de la tierra, por ejemplo mediante la redistribución de la tierra cultivable. «Todo lo que tiene que ver con la tierra es complejo y controvertido en la práctica porque los medios de vida y las perspectivas de las personas dependen de ella. La transición hacia un uso y una gestión más sostenibles de la tierra es, por lo tanto, un desafío exigente para los responsables de la formulación de políticas», subraya el colega de Gerten, Wolfgang Lucht.
«En este contexto, es crucial que las personas de las regiones afectadas puedan ver claras ventajas para sí mismas. Entonces hay una posibilidad real de que el apoyo a estos cambios crezca lo suficientemente rápido como para estabilizar el sistema de la Tierra», concluye. (Sostenibilidad de la naturaleza, 2020