El campo mexicano enfrenta cuatro retos para desatar todo su potencial: adaptarse a la pandemia, integrar la tecnología, modernizarse para ser más competitivo y apostar por nuevos mercados.
Esta compañía procesa y prepara cítricos, verduras y frutas en conserva, frescas y congeladas, principalmente para la exportación y para el canal del retail. Esta fórmula se reveló la más adecuada en esta crisis, pues los restaurantes cerraron, pero las tiendas y los supermercados permanecieron abiertos, y los consumidores optaron por alimentos saludables y fáciles de preparar para cocinar en sus casas.
“El reto fue seguir consiguiendo los insumos, la materia prima, y encargarnos de las dificultades que hubo en algunos momentos en el transporte y la logística” cuenta Roberto Servitje.
“En algunas de estas categorías, sobre todo en la de congelados, el consumo contra el año anterior es de casi el doble. En nuestros principales mercados, que son Estados Unidos y Canadá, el repunte es increíble”añade su hermano Mauricio. El caso de esta empresa no es único. La agroindustria —una actividad esencial durante la pandemia, que por ello mantuvo sus operaciones, con la excepción de las cerveceras— se encuentra entre las que mejor están resistiendo la actual situación. Esto recuerda la importancia clave de este sector, donde el país ocupa el lugar 17 mundial en pesca y acuicultura, el 11 en producción de alimentos y cultivos agrícolas, y el 10 en exportaciones.
ORIGINAL DE GONZALO GARCÍA/EXPANSIÓN